viernes, 2 de septiembre de 2011

La perpetuidad de las flores



El detalle más infimo del universo es un enigma
La muerte es una cosa furtiva, un engaño, otro sueño
En una montaña se erige un lirio sobre las rocas
contrariando toda voluntad de lo establecido
Ninguna adversidad justifica el fin propio
Sin embargo, mi sangre es un puente y mis manos, instrumento
El mundo se representa ante mí como una balanza
De un lado yacen todos los versos que se han escrito
Y también, los que han de escribirse
Del otro lado un niño, un pobre niño, sufre
La balanza oscila, el corazón titubea
Nadie parece tomar partido, a nadie parece importarle
Ese mundo es mi estigma, yo soy un puerto
De barcos que han de estrellarse en el fastidio
De aguas que han de ver naufragar el reflejo de la luna
Todos los ocasos vi perderse al sol en el lo azul
Jamás pude acercarselo a los tristes
En todas las batallas fue mi cuello el que presté
para recibir la violencia terrible de las gentes
Mas nunca vi capear su hambre inconciliable
Estos tiempos son agua de mar para mi sed
Y a veces pienso que todos los sueños son de arena
Sin embargo en esta vorágine interminable
De dioses, de metales y vapor
Seguiré clamando por la perpetuidad de las flores

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