viernes, 15 de julio de 2011

Relato de un Orfeo contemporáneo

No hay estrellas en el cielo, florece su negra y nativa desnudez
Me sonrío cuando lo veo y recuerdo que así lo prefería Baudelaire
Estoy en un prado, a lo lejos veo un camino de tilos
Ando sin un rumbo fijo, bajo el brazo, llevo flores de papel
Hay en mi cabeza una tierna sensación de placer, me sonrío otra vez
Y es que te recuerdo bailando entre los trigales
El reflejo del sol hace que el dorado de tu pelo se confunda con el trigo
Tú te sonríes con la sencillez de un niño, yo te recuerdo, y me sonrío
Te vas volando como una hoja que lleva el viento a su merced
Tus pies besan la hierba con un murmullo de agua
Te inclinas ante unas azucenas, recoges unas cuantas y las llevas bajo el brazo
El rosado contrasta con tu piel de luna: tersa, blanca y fría
Bailas de nuevo, caminas y danzas, las azucenas te acarician el pecho
Imagino escucharte cantando canciones de libertad mientras yo hago vibrar la guitarra
Te imagino, me recuerdo, y te sonrío
Vuelvo en mí, me veo envuelto en la suavidad del velo nocturno
Ya ahora caminando entre el tenue olor a tilo, divago y creo perderme
Me vienen recuerdos de aquel día, el titubeo de tus labios, la pena que me acecha
Y el insignificante momento en que al girar mi cabeza te perdería
Esa segunda vez, y en esta vida, para siempre. Han pasado ya muchos años
El mar todo y la tierra entera se han compungido conmigo
He recogido la inmensidad del tiempo con mis ojos apesadumbrados
Y no hubo un segundo en que mi sangre no bramara bulliciosa
Correspondiendo a mi deseo de terminarme quiso abrirse paso
Teñir de rojo la hierba que te encontrara desnuda y presta.
Más quisieron los azares que recorra este camino sin tu mano
Llego al fin de mi trayecto, me derrumba una flecha invisible
La noche última me va ganando, me va bebiendo lentamente
Se adivina la aurora que trae un resplandor de vida nueva
Vienen a buscarme en este camino de hierba húmeda
Los fantasmas de todas aquellas cosas que nunca fueron
y jamás serán
Yo, que supe ser nadie, los miro con el amor que no me supo robar el tiempo
Nos miro, y te sonrío.

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